Colombia enfrenta un punto de quiebre en su política energética tras rechazar la solicitud de reactivar las plantas térmicas de carbón en Boyacá, en medio de protestas de mineros y líderes locales que exigen alternativas ante la crisis económica regional. El Gobierno, firme en su apuesta por la transición energética, sostiene que volver al carbón sería un retroceso ambiental y técnico. La tensión crece en las cuencas carboníferas, donde más de 15.000 empleos están en riesgo, mientras se anuncian planes de reconversión laboral, inversión en energías limpias y apoyo a comunidades afectadas. El desafío ahora es garantizar una transición que no deje a nadie atrás.
Fecha:Thursday 07 Aug de 2025
Gestor:ESCUELA ESGEP
En medio de un paro regional protagonizado por trabajadores mineros de Boyacá, el gobierno del presidente Gustavo Petro ha rechazado tajantemente la solicitud de reactivar plantas térmicas que funcionan a base de carbón, argumentando que el país debe avanzar con decisión hacia una matriz energética sostenible y baja en emisiones. El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, reiteró que "Colombia no puede seguir viviendo del carbón" y que los esfuerzos gubernamentales están centrados en la transición energética justa.
La solicitud fue realizada por gremios mineros, alcaldes y líderes sindicales de los municipios de Samacá, Sogamoso y Paipa, quienes enfrentan una drástica caída en la demanda de carbón térmico a nivel nacional e internacional. Los trabajadores exigen que el Gobierno reactive las plantas térmicas de Paipa I y II, así como contratos estatales de compra de carbón, como medida de alivio frente al desempleo y la crisis económica en la región.
“La minería de carbón es la única fuente de ingresos para miles de familias. No pedimos que se detenga la transición energética, pero sí que se garantice una transición con alternativas reales, graduales y dignas”, señaló Pedro Fonseca, líder de la Federación de Mineros de Boyacá.
En respuesta, el ministro Camacho fue enfático al afirmar que reactivar las plantas térmicas iría en contravía del plan nacional de descarbonización. “Vamos hacia un modelo basado en energías limpias, diversificado y resiliente. No vamos a vivir toda la vida del carbón”, declaró en rueda de prensa desde Bogotá. Además, recordó que la Hoja de Ruta de la Transición Energética 2024–2035 establece el retiro progresivo de tecnologías fósiles y una mayor apuesta por la energía solar, eólica y almacenamiento.
Según el Gobierno, las plantas térmicas que permanecen apagadas ya no cumplen con los estándares de eficiencia y emisiones requeridos, y su reactivación representaría un retroceso ambiental, económico y técnico.
La negativa ha generado tensión en Boyacá, donde más de 15.000 empleos directos dependen del carbón. Las marchas y bloqueos en vías principales como la carretera central del norte continúan, mientras los alcaldes reclaman atención inmediata para evitar un colapso social.
“Sin ingresos, no hay comida, no hay salud, no hay educación. No se puede hablar de transición cuando las familias no tienen con qué comer hoy”, advirtió el alcalde de Samacá, Manuel Rodríguez.
El Ministerio de Minas ha anunciado que en las próximas semanas se lanzará un Plan de Reconversión Laboral y Productiva para las regiones mineras. Este plan incluirá:
Además, se evalúa incluir a Boyacá en una nueva licitación de proyectos de generación distribuida para zonas no interconectadas, con prioridad para comunidades afectadas por la descarbonización.
Mientras el debate continúa, analistas energéticos señalan que el caso de Boyacá refleja los dilemas profundos de la transición energética: cómo equilibrar justicia social con sostenibilidad ambiental, y cómo reconvertir economías históricamente dependientes de combustibles fósiles sin dejar a nadie atrás.
“La transición no puede ser solo técnica, debe ser humana. Pero tampoco puede ser una excusa para seguir subsidiando tecnologías contaminantes. Se necesita planificación, inversión y diálogo territorial”, concluye Mariana Serrano, consultora del Observatorio de Energía y Clima.
Conclusión
La negativa del Gobierno Petro de reactivar las plantas térmicas de Boyacá marca un punto de inflexión en la política energética del país. Entre el reclamo legítimo de los mineros y la urgencia climática global, Colombia enfrenta el reto de construir una transición justa, realista y territorialmente equilibrada. Las decisiones que se tomen hoy definirán no solo el futuro energético, sino también la estabilidad social de regiones clave como Boyacá.