La crisis productiva que atraviesa Petróleos Mexicanos (Pemex) se vio reflejada este miércoles en una nueva manifestación sindical. La Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP) se congregó frente a la Torre de Pemex para exigir un aumento salarial del 4.5% y condiciones de trato igualitario frente a otros sindicatos de la empresa.
Pemex, considerada la empresa más emblemática del sector energético mexicano, enfrenta una caída sostenida en su producción de crudo y gas, situación que ha encendido las alarmas de organismos internacionales como la Agencia Internacional de Energía (AIE). En este escenario, las demandas laborales se suman a los desafíos financieros y operativos que comprometen la estabilidad de la compañía.
Los representantes de la UNTyPP señalaron que:
El aumento salarial del 4.5% es indispensable para compensar la inflación y garantizar condiciones dignas de trabajo.
Reclaman trato igualitario frente a otros sindicatos, argumentando que los técnicos y profesionistas han sido relegados en negociaciones previas.
Advirtieron que, de no atenderse sus demandas, podrían intensificarse las movilizaciones en los próximos meses.
Fuentes cercanas a la Secretaría de Energía y a la dirección de Pemex reconocieron que la protesta refleja un malestar creciente dentro de la plantilla laboral, en un momento en que la empresa busca estabilizar su producción y reducir pérdidas. Aunque no se ha emitido un comunicado oficial, se espera que las negociaciones se retomen en los próximos días.
La crisis sindical ocurre en paralelo a un contexto internacional complejo:
México enfrenta presiones para importar más hidrocarburos ante la caída de producción interna.
La transición energética global exige a Pemex replantear su modelo de negocio, mientras lidia con tensiones laborales y financieras.
El conflicto sindical podría afectar la operación de proyectos estratégicos y retrasar planes de inversión en refinación y exploración.
La manifestación del 26 de noviembre marca un nuevo capítulo en la crisis de Pemex, donde la combinación de caída productiva, tensiones sindicales y presiones internacionales coloca a la empresa en una encrucijada. La respuesta del gobierno y de la dirección de Pemex será clave para definir si se logra un acuerdo que estabilice tanto la producción como el clima laboral en la petrolera más importante de México.