Argentina comenzó 2025 con una buena noticia en el frente económico: el sector energético logró un superávit de 1.321 millones de dólares en su balanza comercial durante enero y febrero. Este resultado es especialmente importante en un contexto donde otros sectores de la economía muestran dificultades en sus exportaciones e importaciones.
La balanza comercial energética mide la diferencia entre lo que el país exporta e importa en productos relacionados con la energía, como el petróleo, el gas y la electricidad. Un superávit significa que Argentina vendió más energía al mundo de la que tuvo que comprar.
En los dos primeros meses de 2025, el país exportó energía por 1.757 millones de dólares, mientras que importó por solo 436 millones. Esa diferencia da como resultado el superávit mencionado.
El principal motor del crecimiento en las exportaciones fue el petróleo. De los 1.757 millones de dólares que se exportaron, 1.006 millones (el 57%) correspondieron a ventas de crudo. Esto demuestra que el petróleo sigue siendo el producto estrella del sector energético argentino.
Además, las exportaciones totales crecieron un 20% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que indica una recuperación sostenida de este sector clave.
La región patagónica volvió a consolidarse como el centro energético de Argentina. Durante enero y febrero, generó más de 1.100 millones de dólares en exportaciones energéticas, gracias a la producción de hidrocarburos.
Dentro de esta región, la provincia de Neuquén tuvo un papel destacado, ya que más de la mitad de las ventas provinieron de allí, impulsadas por el desarrollo de Vaca Muerta, uno de los yacimientos de petróleo y gas no convencional más importantes del mundo.
Vaca Muerta ha sido, en los últimos años, el motor que permitió a Argentina fortalecer su producción energética, atraer inversiones y mejorar su capacidad exportadora.
Este superávit energético llega en un momento clave, ya que otros sectores de la economía enfrentan dificultades. Según datos del INDEC, el resto del comercio exterior argentino mostró un deterioro, con caídas en sectores como el automotriz, la industria manufacturera y algunos productos agrícolas.
En este escenario, el buen desempeño del sector energético ayuda a compensar el déficit comercial de otras áreas, aporta divisas al país y fortalece las reservas internacionales.
El desafío ahora es mantener e incluso aumentar este superávit energético. Para lograrlo, será clave continuar con el desarrollo de infraestructura, como oleoductos y plantas de procesamiento, y atraer inversiones que permitan expandir la capacidad de producción y exportación.
También será necesario mejorar el acceso a mercados internacionales, diversificando los destinos de exportación y consolidando relaciones comerciales con países de América Latina, Asia y Europa.
Además, Argentina tiene el reto de desarrollar energías más limpias y sostenibles, como parte de la transición energética global. Aunque el petróleo y el gas siguen siendo esenciales, el país también tiene un gran potencial en energías renovables como la solar, eólica e hidrógeno verde.
El superávit energético de 1.321 millones de dólares registrado en el primer bimestre de 2025 es una señal alentadora para la economía argentina. Muestra el peso creciente del sector energético, el impacto positivo de Vaca Muerta y la capacidad del país para generar divisas en un momento complejo. Con planificación e inversión, este buen comienzo puede convertirse en una tendencia sostenida para los próximos años.