Argentina asegura 63 años de gas y refuerza su rol energético global

Argentina cuenta con reservas de gas natural suficientes para abastecer su mercado interno y exportar durante los próximos 63 años, gracias principalmente a Vaca Muerta. El país avanza en infraestructura clave y acuerdos de GNL con Europa. El desafío está en sostener las inversiones y adaptarse a la transición energética global. La ventana de oportunidad energética es clara, pero el éxito dependerá de decisiones estratégicas.

Buenos Aires, junio de 2025 – Un estudio reciente, impulsado por la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, reveló que las reservas de gas natural disponibles para consumo interno y exportación en Argentina alcanzarían los 6.947.143 millones de metros cúbicos. Esta cifra implica una duración estimada de hasta 63 años si se mantienen los niveles actuales de consumo y exportación.

Alcance del informe y cifras clave

El informe oficial de la Secretaría de Energía, dirigido por María Tettamanti, detalla diferentes escenarios bajo condiciones técnicas e inversiones sostenidas en producción, transporte y tratamiento de gas. Bajo el escenario más optimista —que combina exportaciones de GNL y gas natural con consumo interno— las reservas podrían sostenerse por 63 años.

Este escenario máximo contempla un flujo anual de 29.200 millones de metros cúbicos de GNL, 7.300 millones de metros cúbicos de gas natural y un consumo interno de 73.000 millones de metros cúbicos. En conjunto, las reservas subirían a 243.15 trillones de pies cúbicos (TCF), equivalentes a los 6.9 millones de millones de m³ mencionados.

A nivel técnico, las reservas contabilizadas son clasificadas como “probadas más probables más posibles” (3P), lo que amplía el horizonte con base en desarrollos geológicos y proyecciones de recuperación. La metodología aplicada incluye simulaciones numéricas, modelado geológico y tasas de declinación en pozos ya perforados.

Vaca Muerta y la transformación del panorama energético

El principal actor detrás de este potencial es Vaca Muerta, la formación geológica de esquisto ubicada en Neuquén, considerada la segunda reserva de gas pizarra más grande del mundo. Su desarrollo ha permitido que Argentina pase de importar gas a convertirse en un importante productor, generando oportunidades de crecimiento económico, divisas y estabilidad energética.

Durante los primeros trimestres de 2025, la producción nacional de gas natural aumentó a 16.6 millones de m³, marcando el mejor rendimiento en 15 años gracias a Vaca Muerta. Las cifras se traducen en una recuperación del sector energético, ayudada por precios internacionales favorables y mayor eficiencia operativa.

Además de su peso técnico, Vaca Muerta ha impulsado la formación de clústeres energéticos regionales, con alianzas entre provincias, operadoras privadas y empresas de servicios. Esto ha favorecido la capacitación de trabajadores, el fortalecimiento de proveedores locales y la atracción de inversión extranjera directa.

Infraestructura clave: gasoductos y logística

Para sostener el crecimiento proyectado, la infraestructura juega un papel estratégico. Empresas como Transportadora de Gas del Sur (TGS) están invirtiendo en grandes proyectos. Uno de los más importantes es un gasoducto de 182 km desde Tratayén a Salliqueló y una planta de acondicionamiento con capacidad de 28 millones de m³/día, apoyado por una inversión de US$ 500 millones.

Asimismo, el Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno (antes Néstor Kirchner) conectará Vaca Muerta con Santa Fe y Buenos Aires, fortaleciendo la integración energética interna y disminuyendo la dependencia de importaciones de gas. Se prevé que su segunda etapa mejore la inyección hacia los centros urbanos del Litoral y exportaciones a Brasil.

Otro componente clave es el desarrollo de instalaciones portuarias, licuefacción y transporte. La planta de GNL proyectada en Bahía Blanca incluiría unidades flotantes (FLNG) y tanques de almacenamiento para asegurar flexibilidad comercial y minimizar cuellos de botella logísticos.

Exportaciones y nuevos mercados

Argentina ya no solo abastece el mercado doméstico: incursiona en las exportaciones regionales de gas a Chile y Uruguay. En paralelo, se está consolidando un acuerdo estratégico entre YPF y Eni para exportar 12 millones de toneladas métricas de GNL al año, con destino principal a Europa y una posible puesta en marcha entre 2027 y 2028.

Este acuerdo, firmado por el presidente Javier Milei y la primera ministra italiana Giorgia Meloni, contempla la construcción de un nuevo gasoducto troncal, una planta de licuefacción y buques metaneros en astilleros chinos. Su concreción posicionaría a Argentina como uno de los principales exportadores de gas del hemisferio sur.

Además, otras firmas como Shell, Pampa Energía, TotalEnergies y Tecpetrol analizan proyectos de largo plazo para sumar GNL a sus carteras. Esto permitiría diversificar destinos, entre ellos Asia y el sur de África, y aprovechar el diferencial de precio entre el mercado interno y los contratos spot internacionales.

Retos por delante

A pesar del potencial, el informe subraya que las cifras estimadas —243 TCF o 6.9 millones de millones de metros cúbicos— suponen que se realicen las inversiones necesarias en exploración, transporte y plantas licuadoras. Sin un marco estable de incentivos y seguridad jurídica, el desarrollo podría dilatarse.

El cambio climático, además, plantea nuevos desafíos: los compromisos de descarbonización global y la transición hacia energías limpias exigen una estrategia integrada que combine el gas con renovables. Para ello, se discuten mecanismos como créditos de carbono, sistemas híbridos y reconversión tecnológica.

Internamente, también persisten obstáculos: tensiones sindicales, conflictos ambientales, demoras administrativas y restricciones al acceso a divisas afectan la competitividad del sector. La estabilidad política y fiscal será clave para lograr continuidad en los proyectos de mediano y largo plazo.

Perspectiva general para los próximos 63 años

En resumen:

• Reservas: 6.947.143 millones de metros cúbicos disponibles hoy, estables por 63 años bajo el escenario máximo.

• Producción: crecimiento sostenido con picos históricos en primeros meses de 2025.

• Infraestructura: gasoductos troncales, plantas de acondicionamiento y licuefacción en construcción.

• Exportaciones: acuerdos específicos para GNL a Europa, y expansión de mercado regional y global.

Argentina dispone de recursos, experiencia y ubicación geográfica estratégica para convertirse en un jugador clave en la transición energética global. Sin embargo, su consolidación como potencia gasífera dependerá de su capacidad para articular políticas coherentes, atraer inversiones sostenidas y garantizar beneficios tangibles para la población.

La oportunidad está servida. Los próximos años definirán si el país logra capitalizar su riqueza subterránea en desarrollo económico, estabilidad energética y liderazgo internacional en tiempos de cambio.