Fecha:Tuesday 12 Mar de 2024
Gestor:ESCUELA ESGEP
La energía oceánica o marina emerge como una fuente de energía renovable con un potencial sin precedentes, y México se posiciona como un jugador clave en esta área. En particular, el canal de Cozumel, ubicado entre la isla homónima y Yucatán, se destaca como uno de los sitios con mayor potencial energético en el mundo, capaz de abastecer de electricidad a un millón de hogares en la región.
Este potencial se debe a la diversidad de fuentes de energía marina que pueden aprovecharse, incluyendo la energía de mareas, corrientes marinas, oleaje, gradiente salino, gradiente térmico y tecnologías offshore. Cada una de estas formas ofrece oportunidades únicas para generar electricidad de manera sostenible y eficiente.
En el caso específico de México, se identifican sitios estratégicos con un alto potencial para la generación de energía marina, como el Alto Golfo de California para la energía de mareas, las costas del Pacífico de Baja California para la energía por oleaje, y lugares como Cabo San Lucas, Salina Cruz y Cozumel para aprovechar el gradiente térmico del agua marina.
A pesar del enorme potencial, el desarrollo de la energía oceánica enfrenta diversos desafíos, incluyendo la necesidad de investigar y comprender los impactos ambientales, sociales y económicos de estas tecnologías. La investigación y el desarrollo de tecnologías marinas requieren un enfoque interdisciplinario y una planificación a largo plazo para garantizar su viabilidad y sostenibilidad.
El Centro Mexicano de Innovación en Energía-Océano (CEMIE-Océano) desempeña un papel crucial en este panorama, liderando proyectos de investigación y desarrollo en colaboración con diversas instituciones y especialistas. Desde el desarrollo de turbinas de corrientes marinas hasta la creación de materiales hidrófobicos para evitar el uso de biocidas en el mar, CEMIE-Océano está a la vanguardia de la innovación en energía marina en México.
A pesar de los obstáculos, el futuro de la energía oceánica en México es prometedor, con el potencial de no solo generar electricidad, sino también de contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades costeras y a la conservación del medio ambiente marino. Con un enfoque en la investigación, la colaboración y la responsabilidad ambiental, México está en camino de convertirse en un líder mundial en el aprovechamiento de la energía oceánica para el beneficio de las generaciones futuras.