a presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado urgente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que intervenga como facilitadora del diálogo ante el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, derivadas del bloqueo petrolero impuesto por Washington a Caracas. En un mensaje enfático, la mandataria mexicana ofreció a México como país mediador con el objetivo de evitar una escalada militar y preservar la estabilidad regional. Durante una declaración pública, Sheinbaum subrayó que la situación actual representa un riesgo significativo para la paz en América Latina, así como para la seguridad energética global, considerando el peso estratégico de Venezuela como país productor de hidrocarburos. “El diálogo y la diplomacia deben prevalecer por encima de cualquier acción que pueda derivar en un conflicto armado”, afirmó.
La presidenta mexicana expresó su preocupación por las consecuencias económicas, sociales y humanitarias que el endurecimiento de las medidas estadounidenses podría generar en Venezuela y en la región. El bloqueo petrolero, que limita las exportaciones y transacciones vinculadas al crudo venezolano, ha intensificado la tensión diplomática y elevado el riesgo de incidentes en rutas marítimas y áreas estratégicas del Caribe.
Sheinbaum advirtió que este tipo de acciones no solo afectan a los países directamente involucrados, sino que también impactan los mercados energéticos internacionales, incrementan la volatilidad de los precios del petróleo y generan incertidumbre para las economías dependientes de la importación de combustibles.
En ese contexto, la mandataria reiteró la disposición de México para actuar como intermediario, apoyándose en su histórica política exterior basada en los principios de no intervención, solución pacífica de controversias y respeto al derecho internacional. Señaló que el país cuenta con experiencia diplomática y credibilidad regional para facilitar conversaciones entre las partes involucradas.
“México está dispuesto a contribuir activamente para acercar posiciones y promover una salida negociada que evite el uso de la fuerza”, indicó Sheinbaum, destacando que la mediación debe realizarse bajo el paraguas de organismos multilaterales como la ONU para garantizar legitimidad y transparencia en el proceso.
La presidenta también exhortó a la comunidad internacional a respaldar los esfuerzos de mediación y a priorizar mecanismos diplomáticos que permitan reducir las tensiones. A su juicio, el fortalecimiento del multilateralismo es clave para enfrentar conflictos geopolíticos complejos, especialmente aquellos vinculados a recursos estratégicos como el petróleo.
Asimismo, remarcó que una escalada militar tendría consecuencias imprevisibles para la seguridad regional, el comercio internacional y la estabilidad política en América Latina, por lo que insistió en la necesidad de actuar de manera preventiva.
El pronunciamiento de México se produce en un momento de alta sensibilidad geopolítica, donde el sector petrolero juega un papel central en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. Las restricciones al comercio de crudo, sumadas a tensiones diplomáticas previas, han reavivado temores sobre posibles enfrentamientos y nuevas sanciones.
Para México, la estabilidad en la región es un factor estratégico, tanto por razones políticas como por su impacto en los mercados energéticos y la seguridad hemisférica. En ese sentido, la iniciativa de mediación busca posicionar al país como un actor constructivo en la diplomacia internacional, comprometido con la paz y la cooperación.
Con este llamado, el gobierno mexicano envía un mensaje claro a las partes involucradas: la confrontación no es el camino. La presidenta Sheinbaum reiteró que solo mediante el diálogo, el respeto mutuo y la participación de organismos multilaterales será posible desactivar la crisis y avanzar hacia una solución pacífica que beneficie a la región en su conjunto.
El ofrecimiento de México como mediador abre la puerta a nuevas gestiones diplomáticas, en un escenario donde la prevención del conflicto se ha convertido en una prioridad urgente para América Latina y la comunidad internacional.