Fecha:Monday 30 Sep de 2024
Gestor:ESCUELA ESGEP
¿Y si Uruguay fuera uno de los países más ricos del mundo? Para el ingeniero suizo Mathis Wackernagel, cofundador de Global Footprint Network, esa ya es la realidad. La riqueza —sostiene— no debe medirse en términos de ingreso, sino de capacidad para regenerar los recursos ecológicos que, a fin de cuentas, sostienen la vida en el planeta.
El ingeniero fue el principal ponente en la Cumbre de Municipios frente a la Crisis Climática el pasado jueves 29 de agosto en el Hotel Enjoy de Punta del Este y conversó con El País acerca de cómo aprovechar el contexto actual para sumar valor y, al mismo tiempo, cuidar el medioambiente.
— Trabaja con estos temas desde hace más de 30 años. ¿Hemos mejorado en algo?
— En realidad, no. Llegué a Uruguay desde California en un vuelo que cuesta 1,2 toneladas de dióxido de carbono y en el avión nos dieron comida en una bolsa de papel que dice algo así como ‘sustentabilidad: necesario para nosotros’. No sé si es cínico o es bonito. Hace 30 años se creía que el concepto de sostenibilidad era demasiado complicado y que la gente nunca lo entendería y hoy es una palabra común, pero, de todas formas, no hemos cambiado mucho. Sí, es cierto, en países como Uruguay se ha cambiado la matriz eléctrica, pero a nivel mundial seguimos con mucha dependencia del petróleo. Mi hijo tiene 23 años y de toda la energía fósil que se utilizó en la historia de la humanidad, el 45% se quemó durante su vida. El 89% durante la mía. Y vivimos en la ilusión de que eso es normal.
— Entonces, todo lo que oímos sobre sostenibilidad, ¿es más una moda y no un compromiso real?
— El desarrollo sostenible es inevitable. El sobregiro ecológico es real y los recursos se acabarán. Entonces, no se trata de si queremos o no ser sostenibles; entraremos en ese camino por elección o por desastre.