La Transición Energética es una tendencia global que busca la descarbonización de la generación y consumo de energía mediante el uso de fuentes renovables y la electrificación del transporte como uno de los mayores consumos finales de energía. Esta transición está siendo adoptada y promovida por países comprometidos con la lucha contra el cambio climático, a través del establecimiento de metas para la reducción de emisiones, políticas de seguridad y sostenibilidad energética y suscripción de acuerdos internacionales como el de Paris, cuyo objetivo es limitar la elevación de temperatura a no más de 2 grados Celsius para final del siglo (tratando que esta elevación no supere los 1.5 grados). La electrificación del transporte o electromovilidad juega un rol clave en este desafío debido a que el sector transporte consume más del 40% de la demanda total energía y es responsable por casi una cuarta parte de las emisiones totales de CO2.