Tras dos décadas de hegemonía política del Movimiento al Socialismo (MAS), Bolivia inicia una nueva etapa bajo el liderazgo del presidente Rodrigo Paz, quien ha asumido el poder en medio de una profunda crisis energética y económica. El deterioro del sector hidrocarburos, históricamente considerado el pilar de la política económica del MAS, se ha convertido en uno de los principales desafíos para el nuevo gobierno de centroderecha.
Fecha:Tuesday 11 Nov de 2025
Gestor:ESCUELA ESGEP
Sector hidrocarburos en estado crítico
Durante los últimos años, Bolivia ha experimentado una caída sostenida en la producción de gas natural y petróleo, afectando directamente sus ingresos por exportaciones y su capacidad de abastecimiento interno. La falta de inversión en exploración, el agotamiento de campos maduros y la ausencia de nuevos contratos con empresas extranjeras han debilitado la estructura energética nacional.
El nuevo gobierno ha calificado la situación como “heredada y estructural”, y ha anunciado una revisión integral de la política energética, con énfasis en transparencia, eficiencia y sostenibilidad. El presidente Paz ha señalado que “no se puede construir desarrollo sobre una base energética frágil y opaca”, y ha convocado a expertos nacionales e internacionales para diseñar un plan de recuperación.
Auditorías y reordenamiento institucional
Una de las primeras medidas anunciadas ha sido la auditoría interna de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la empresa estatal que gestiona la producción y comercialización de hidrocarburos. El nuevo presidente de YPFB, Yussef Akly Flores, reveló que el país cuenta con autonomía de abastecimiento de combustibles para apenas un día, cuando lo ideal sería entre 10 y 15 días.
Esta revelación ha generado alarma en sectores productivos y sociales, que temen un posible desabastecimiento si no se toman medidas urgentes. Akly aseguró que se investigarán posibles irregularidades en la gestión anterior y que se implementarán protocolos para garantizar el suministro nacional.
Impacto económico y presión social
La crisis energética ha tenido efectos directos en la economía boliviana, con menor recaudación fiscal, aumento del déficit comercial y presión inflacionaria. Además, comunidades productoras y sindicatos han comenzado a exigir mayor participación en la reestructuración del sector, reclamando por años de abandono y falta de inversión.
El gobierno de Paz enfrenta el reto de reconstruir la confianza institucional, atraer inversión extranjera y garantizar que la transición energética no excluya a las regiones históricamente vinculadas al gas y petróleo.
Hacia una nueva matriz energética
En paralelo, el nuevo gobierno ha expresado su intención de diversificar la matriz energética, incorporando fuentes renovables como solar, eólica y geotérmica. Se espera que en las próximas semanas se presenten los lineamientos del Plan Nacional de Energía 2026–2030, que buscará equilibrar la recuperación del sector hidrocarburos con una transición gradual hacia energías limpias.
Conclusión
Bolivia se encuentra en un punto de inflexión. La crisis energética heredada por el MAS exige decisiones estructurales, transparencia institucional y una visión de largo plazo. El gobierno de Rodrigo Paz ha iniciado una reconfiguración profunda del sector, con auditorías, reformas y nuevos enfoques que marcarán el rumbo energético del país en los próximos años.