Durante la última edición del programa Reporte Minero & Energético, transmitido por Televisión Nacional de Chile (TVN), autoridades, especialistas y representantes del sector energético coincidieron en un mensaje central: Chile debe acelerar su transición hacia energías renovables y diversificar su matriz energética para enfrentar los desafíos presentes y futuros.
El análisis, realizado en un momento de alta sensibilidad internacional por la volatilidad de los mercados energéticos, enfatizó la necesidad de inversiones más robustas y estrategias de largo plazo para fortalecer la resiliencia del sistema nacional.
Los participantes del programa destacaron que Chile ha logrado avances significativos en energías limpias, convirtiéndose en uno de los líderes regionales en:
energía solar fotovoltaica,
generación eólica onshore,
producción de hidrógeno verde,
integración de energías renovables a la red eléctrica.
Sin embargo, subrayaron que el país necesita profundizar esta transformación para consolidar una matriz energética moderna, segura y sostenible.
Según los expertos, los desafíos actuales variabilidad climática, precios internacionales, eventos extremos y alta dependencia de combustibles importados exigen acelerar el ritmo de nuevos proyectos.
Durante el análisis, se enfatizó que Chile aún mantiene una dependencia considerable del:
diésel,
gas natural importado,
carbón en algunas zonas del sistema,
combustibles fósiles para transporte.
La diversificación energética, dijeron, no solo fortalece la seguridad de suministro, sino que también:
reduce la exposición a la volatilidad internacional,
disminuye costos operativos,
mejora la estabilidad del sistema eléctrico,
favorece la competitividad de la industria nacional.
Las autoridades y especialistas señalaron cuatro áreas estratégicas para reforzar la resiliencia del sistema energético chileno:
Ampliar proyectos en el norte y centro del país, aprovechando el potencial solar del Desierto de Atacama y los vientos del sur.
Impulsar su producción y uso industrial, así como su exportación hacia Europa y Asia.
Fundamental para gestionar la variabilidad de las energías renovables.
Aumentar la capacidad y estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional para integrar grandes volúmenes renovables.
El programa también abordó los riesgos que enfrenta Chile debido a:
la alta exposición a sequías prolongadas,
el impacto del cambio climático,
los eventos extremos que amenazan infraestructura crítica,
la dependencia de combustibles externos.
La conclusión fue clara: la resiliencia energética dependerá del ritmo y la profundidad con que Chile implemente nuevas inversiones en tecnologías limpias.
El país cuenta con recursos naturales excepcionales, pero requiere acelerar la ejecución de proyectos y mejorar los incentivos para atraer capital privado nacional e internacional.
Los expertos destacaron que Chile podría consolidarse como referente global en energías renovables y en producción de hidrógeno verde, siempre que mantenga una visión estratégica clara, establezca reglas de largo plazo y reduzca las barreras burocráticas para la aprobación de proyectos.
La transición energética chilena —coincidieron— no es solo una necesidad climática, sino también una oportunidad económica para impulsar empleo, innovación y desarrollo sostenible.