La sorpresiva salida de Alejandro Narváez de la presidencia de Petroperú ha generado una ola de incertidumbre en el sector energético nacional, reavivando cuestionamientos sobre la estabilidad institucional de la empresa estatal y su capacidad para liderar proyectos estratégicos en un contexto de alta volatilidad internacional.
Narváez, quien asumió el cargo en medio de una etapa de reestructuración financiera y operativa, confirmó su renuncia a través de un comunicado oficial en el que expresó su preocupación por la falta de continuidad en la conducción de la empresa. “Estos cambios bruscos afectan la imagen de la empresa”, declaró, en referencia a las tensiones internas y presiones externas que, según fuentes cercanas, habrían precipitado su decisión.
Fecha:Tuesday 28 Oct de 2025
Gestor:ESCUELA ESGEP
Durante su gestión, Narváez impulsó medidas para mejorar la transparencia operativa, renegociar contratos clave y fortalecer la relación con comunidades en zonas de influencia petrolera. Sin embargo, su salida se produce en un momento crítico, cuando Petroperú enfrenta desafíos como la reactivación del Oleoducto Norperuano, la gestión de pasivos financieros y la necesidad de atraer inversión privada para modernizar sus operaciones.
Analistas del sector advierten que la falta de estabilidad en la alta dirección de Petroperú podría afectar la ejecución de proyectos estratégicos, especialmente en la Amazonía y la costa norte, donde se concentran los principales lotes de producción.
La renuncia de Narváez también ha tenido repercusiones en los mercados financieros. Aunque no se registró una caída abrupta en los bonos de Petroperú, inversionistas han expresado cautela ante la posibilidad de nuevos cambios en la estructura de gobernanza. “La empresa necesita una hoja de ruta clara y sostenida. Las señales contradictorias generan ruido en un momento en que Perú podría capitalizar el repunte global del petróleo”, señaló un analista de energía de Bloomberg.
Además, organismos multilaterales que venían evaluando líneas de crédito para proyectos de infraestructura energética han solicitado mayor claridad sobre el rumbo institucional de la empresa.
El Ministerio de Energía y Minas aún no ha confirmado quién asumirá la presidencia de Petroperú, aunque se espera que el nuevo titular tenga experiencia en gestión pública y conocimiento técnico del sector hidrocarburos. Mientras tanto, sindicatos y gremios empresariales han pedido que el proceso de sucesión se realice con transparencia y criterios técnicos, evitando decisiones apresuradas o motivadas políticamente.
La renuncia de Narváez no solo marca el fin de una etapa, sino que pone en evidencia la necesidad urgente de fortalecer la gobernanza energética en el país. En un contexto donde Perú proyecta un crecimiento petrolero significativo para 2026, la estabilidad institucional será clave para convertir ese potencial en resultados concretos.