São Paulo, 30 de septiembre de 2025.— Con un crecimiento sostenido en su capacidad de extracción y un ambicioso plan de inversiones en exploración y producción offshore, Brasil se perfila como uno de los cinco mayores productores de petróleo del planeta hacia el año 2030, de acuerdo con proyecciones de analistas internacionales y fuentes del sector energético.
Fecha:Tuesday 30 Sep de 2025
Gestor:ESCUELA ESGEP
En los últimos años, el país ha logrado romper récords históricos de producción, impulsado principalmente por los yacimientos del presal en la cuenca de Santos y Campos, donde compañías como Petrobras, en asociación con grandes tecnológicas energéticas internacionales, han desplegado plataformas ultra-profundas de última generación.
De acuerdo con estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y organismos locales, Brasil podría superar los 5 millones de barriles diarios en la próxima década, cifra que lo ubicaría en el mismo rango de países productores como Irak o Canadá, desplazando a naciones que han visto estancada o en declive su producción.
El éxito de esta proyección radica en el plan de inversiones superior a los 80,000 millones de dólares que Petrobras y socios privados destinan a nuevos proyectos en aguas profundas y ultra-profundas. Contratos recientes con SLB y Baker Hughes para el suministro de tecnologías de perforación y sistemas submarinos reflejan la determinación de Brasil por mantenerse a la vanguardia en ingeniería y desarrollo energético.
Además, el gobierno federal ha delineado una política energética orientada a reforzar la seguridad energética nacional, incrementar la participación de energías renovables y, al mismo tiempo, aprovechar los ingresos provenientes de la exportación de crudo para financiar infraestructura social.
El fortalecimiento de Brasil como potencia petrolera no solo garantiza un flujo constante de divisas hacia la economía, sino que también lo posiciona como un actor estratégico en el mercado global de crudo, capaz de influir en los precios internacionales.
A nivel regional, este crecimiento representa un desafío y una oportunidad: mientras otros países latinoamericanos enfrentan caídas en producción, Brasil consolida su liderazgo, atrayendo inversiones y marcando la pauta en innovación tecnológica aplicada a la explotación offshore.
Los expertos advierten que, para alcanzar la meta de consolidarse entre los cinco mayores productores, Brasil deberá mantener estabilidad regulatoria, garantizar la protección ambiental en zonas sensibles como la cuenca de Foz do Amazonas y continuar modernizando su infraestructura de transporte y almacenamiento.
De cumplirse los objetivos trazados, Brasil no solo logrará asegurar su autosuficiencia energética, sino que también se convertirá en un pilar del suministro global de petróleo, capaz de responder a las crecientes demandas energéticas del mundo en la transición hacia una matriz más diversificada.