Ecuador registró una caída del 7,4% en ingresos petroleros durante el segundo trimestre de 2025, totalizando US$733 millones, lo que representa US$59 millones menos que en 2024. Las causas incluyen la baja del precio del crudo (de US$71,5 a US$57,6), fallas en la Refinería de Esmeraldas y el derrame del Oleoducto Transecuatoriano. Esta disminución afecta directamente el presupuesto nacional y podría generar un déficit fiscal superior al 4% del PIB. El gobierno evalúa medidas como reformas legales, reactivación de refinerías y diversificación energética. La meta es alcanzar 536.000 barriles diarios en 2027, con inversiones superiores a US$5.000 millones.
Fecha:Tuesday 30 Sep de 2025
Gestor:ESCUELA ESGEP
Ecuador ha registrado una caída del 7,4% en sus ingresos petroleros durante el segundo trimestre de 2025, alcanzando los US$733 millones, lo que representa una reducción de US$59 millones respecto al mismo período del año anterior. Este descenso pone en evidencia la creciente vulnerabilidad del país frente a factores externos e internos que afectan la estabilidad de su principal fuente de ingresos fiscales.
El petróleo continúa siendo el pilar de las finanzas públicas ecuatorianas, representando más del 30% de los ingresos por exportación. Sin embargo, esta caída revela la urgencia de revisar la estrategia energética nacional y fortalecer la resiliencia operativa del sector.
El informe del Ministerio de Economía y Finanzas identifica tres causas principales detrás de esta disminución:
Precio internacional del crudo: El valor promedio del barril ecuatoriano cayó de US$71,5 a US$57,6, afectado por la sobreoferta global, ajustes de la OPEP+ y menor demanda en Asia.
Problemas operativos en la Refinería de Esmeraldas: La principal planta de refinación del país ha enfrentado fallas técnicas y paradas no programadas que redujeron la capacidad de procesamiento y afectaron la producción de derivados.
Derrame del Oleoducto Transecuatoriano: El incidente ocurrido en marzo de 2025 provocó la suspensión temporal del transporte de crudo desde la Amazonía hacia la costa, generando pérdidas logísticas y ambientales significativas.
La caída en los ingresos petroleros tiene repercusiones directas en el presupuesto nacional. El gobierno enfrenta mayores dificultades para financiar programas sociales, infraestructura y pagos de deuda externa. Además, se incrementa la presión para buscar fuentes alternativas de financiamiento, como emisión de bonos o préstamos multilaterales.
Expertos advierten que, si la tendencia continúa, Ecuador podría cerrar el año con un déficit fiscal superior al 4% del PIB, lo que afectaría su calificación crediticia y capacidad de atraer inversión extranjera.
Ante este panorama, el Ejecutivo ha iniciado conversaciones con actores del sector para implementar medidas de mitigación:
Reactivación de la Refinería de Esmeraldas con apoyo técnico internacional.
Reformas a la Ley de Hidrocarburos para flexibilizar contratos y atraer inversión privada.
Fortalecimiento de protocolos ambientales y de seguridad en oleoductos.
Diversificación energética con impulso al gas natural y energías renovables en zonas estratégicas.
Aunque el gobierno proyecta aumentar la producción petrolera en 30.000 barriles diarios hacia fin de año, los analistas señalan que sin mejoras estructurales en infraestructura y gobernanza, los ingresos seguirán expuestos a volatilidades externas.
La meta oficial es alcanzar 536.000 barriles diarios en 2027, pero esto requerirá inversiones superiores a US$5.000 millones en exploración, mantenimiento y modernización de refinerías.