En abril de 2025, el Gobierno de México anunció una reducción en su estimación promedio de producción de petróleo crudo para el año, ajustándola a 1.762 millones de barriles diarios (bpd). Este ajuste representa una disminución de 129,000 bpd respecto a la meta previamente establecida de 1.8 millones de bpd. La decisión se atribuye a un "enfoque prudente" basado en el desempeño observado durante los primeros meses del año .
Durante los primeros dos meses de 2025, la producción de crudo promedió 1.619 millones de bpd, incluyendo la producción conjunta con socios. Este nivel está por debajo de las expectativas iniciales y refleja los desafíos que enfrenta Petróleos Mexicanos (Pemex) para detener el declive sostenido en su producción.
Para 2026, la Secretaría de Hacienda proyecta un aumento "marginal" en la producción, estimando 1.775 millones de bpd. Este incremento dependerá del desarrollo de nuevos proyectos estratégicos y de la incorporación de yacimientos adicionales, siempre que las exploraciones en curso resulten favorables.
A pesar de los esfuerzos por aumentar la producción, Pemex enfrenta una deuda financiera significativa, estimada en 97,600 millones de dólares, y deudas con proveedores que superan los 20,000 millones de dólares. Estos factores financieros limitan la capacidad de la empresa para invertir en nuevos proyectos y tecnologías que podrían mejorar la eficiencia y la producción.
El ajuste en la meta de producción también tiene implicaciones para las exportaciones de petróleo. La Secretaría de Hacienda estima que México exportará 892,000 barriles diarios de crudo en 2025, una disminución marginal en comparación con las cifras anteriores. Esta reducción se alinea con el objetivo del gobierno de refinar internamente todo el crudo producido, buscando la autosuficiencia energética y reduciendo la dependencia de las exportaciones.
En este contexto, Pemex ha presentado su Plan de Trabajo 2025-2030, que incluye la perforación de 2,036 pozos y la realización de 1,300 reparaciones mayores. La inversión total destinada a estas actividades asciende a 1.6 billones de pesos. Doce proyectos estratégicos serán clave, contribuyendo con el 61% de la producción total prevista.
Sin embargo, expertos señalan que, para alcanzar las metas de producción, será necesario fomentar la inversión privada en el sector energético. La colaboración entre Pemex y empresas privadas podría proporcionar los recursos y la tecnología necesarios para explorar y desarrollar nuevos yacimientos, así como para mejorar la eficiencia en la producción existente.
En resumen, la reducción en la meta de producción de petróleo para 2025 refleja los desafíos que enfrenta México en su sector energético. Factores como el desempeño reciente de la producción, las limitaciones financieras de Pemex y la necesidad de inversión en nuevos proyectos influyen en esta decisión. El éxito de las estrategias implementadas dependerá de la capacidad del gobierno y de Pemex para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y para atraer inversiones que impulsen el desarrollo del sector.